Estamos acostumbrados a vivir las noticias en tercera persona. Todo le pasa a otros: éste murió de un ataque al corazón, aquel tiene una enfermedad incurable, los padres de ese se han separado… Nunca pensamos en que nos puede tocar vivir alguna tragedia.
Hasta que un día pasa y no puedes hacer nada. No tienes una varita mágica, no puedes cambiar nada... El destino está escrito ó quizás lo elegimos con nuestras acciones.
El caso es que sucede y, en ese momento, te das cuenta de que no eres tan dueño de tu vida como creías. En ese momento despiertas y también te das cuenta de que la vida no es tan bonita como te la habían contado, que no hay superhéroes que siempre lleguen a tiempo y nadie que esté siempre a tu lado...

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